29 julio 2006

Prohibido Escalar


DENUNCIA ECOLÓGICA Y PATRIMONIAL

Sería un crimen por mi parte desaprovechar esta ocasión, y la estupenda plataforma que supone www.celtiberia.net, desde mi –y nuestra– obligación de defender el Patrimonio, para denunciar el triple y grave peligro que, en estos mismos momentos en que sois tan amables de leer esto, están corriendo los entornos de San Lorenzo de El Escorial y El Escorial, a causa de decisiones políticas y urbanísticas que no parecen detenerse incluso ante uno de los hitos históricos más importantes de nuestro país, ante el territorio que enmarca uno de los más famosos conjuntos históricos y paisajísticos del planeta, aquello que ningún turista que viaja a Madrid deja de visitar, pero que nosotros mismos no protegemos como debiéramos.

En 1984, en efecto, la UNESCO declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad tanto “el Monasterio” como “el Sitio” (http://whc.unesco.org/pg.cfm?cid=31&id_site=318). En el expediente de esta decisión consta expresamente esto que copio: “The Committee called the Spanish authorities' attention to the importance of strictly protecting the natural environment which is inseparable from this monument." (ver http://whc.unesco.org/archive/repcom84.htm#318).

Estamos hablando de la llamada "Octava Maravilla del Mundo". Pues bien, allí, bien cerca de ella, están pasando ahora mismo estas cosas:

1) Por un lado hemos de recordar el extraño incendio que hubo hace no mucho (verano de 1999) en el propio monte de Abantos. En efecto, la ladera está ya amenazada por el hormigón, gracias a una legislación permisiva que ningún Gobierno nacional parece querer cambiar. Si tras uno de estos incendios se prohibiera construir en 50 años, permitiendo al monte recuperarse, se acabarían buena parte de ellos en sitios tan “sospechosos” como éste. Pero, mientras esto no se legisle, debe prohibirse aunque sea localmente (véase una foto de las construcciones escalando el monte en http://www.sanlorenzoescorial.com/alrededores/abantos.htm).

2) Está a punto de salir a subasta pública nada menos que la finca de “La Granjilla”, que formó una parte importante del Real Sitio (está hacia el E. del monasterio) y fue a parar en un determinado momento, hace mucho, a manos privadas. Por su pertenencia original a La Cerca de Felipe II, el Estado debería personarse en la subasta y pujar por ella, impidiendo que sea comprada por particulares que vayan a construir en ella algún complejo hotelero o algo peor. Hay que decir que esta finca tiene verdaderas maravillas en su interior, un enorme estanque con una isla en él, otro "canto" similar a los aquí descritos y diversos restos arqueológicos (detalle éste que no he podido comprobar por no estar permitido el acceso).

3) Y, por si no fuera suficiente la superpoblación que ya soportan la Sierra Oeste de Madrid, todos sus pueblos y ambos Escoriales, el de Abajo quiere urbanizar la hermosa zona de Campillo-Monasterio, entre El Escorial y Villalba, embuchando, embutiendo allí (y los vocablos en este caso no pueden ser más exactos) nada menos que 7.000 (he dicho siete mil) nuevas viviendas. Puede imaginarse el efecto que esto causará, no ya de presión sobre Villalba mismo (que cualquier día terminará explotando), sino cómo romperá por completo la vista de la Sierra de Guadarrama (es el único sitio desde donde aún se puede tener una visual completa de la Sierra), y la parte aún virgen de lo que la UNESCO declaró que se debía proteger. Y no estará de más recordar que “Monesterio” perteneció a Rodrigo Manrique, conde de Paredes y padre del poeta Jorge Manrique, siendo luego Real Sitio de Isabel la Católica, y que no muy detrás en abolengo histórico se queda la finca “Campillo”, que fue a su vez Real Sitio de Enrique IV de Trastámara, Rey de Castilla. En ambos lugares, por supuesto, existen también bastantes restos arqueológicos.

Hay un grupo, utópico y por ello honesto, que quiere atajar estos desmanes especulativos, liderado de forma esforzada y eficaz por D. Andrés Magaña. También otras asociaciones ciudadanas de El Escorial están en la lucha, escritores, profesores, profesionales de todo tipo, y la Asociación DP-PHISNA (Defensa y Promoción del Patrimonio Histórico y Natural), que preside el periodista D. Ricardo Fanjul. Pero, como comprobaréis por la prensa, no se nos deja oír mucho sus voces de protesta. A ver si desde aquí podemos echarles una mano. Os agradecería por ello que visitárais los sitios web donde se explican de forma muy detallada los destrozos que se pretende evitar, y las leyes que estas decisiones políticas vulneran, que parecen demasiado torpes para ser simples errores.

www.patrimonio-mundial.com/ escorial/iberica2000-camelotescorial.pdf
http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=2282

Y, si os convence lo que en ellas se expone, que apoyéis por favor con vuestra acción y vuestras quejas y firmas las peticiones a los poderes públicos para evitar la devastación definitiva de El Escorial y todo su entorno. Porque está claro que no hay fiscal ni tribunal que actúe en esto de oficio, como debería esperarse de daño tan grande al patrimonio, no ya nuestro, sino de toda la Humanidad.

En definitiva, no vamos a ser menos que el propio Felipe II, con cuyas frases al Consejo de Castilla quisiera terminar este artículo. Ellas están grabadas en una tabla de bronce que Patrimonio Nacional sujetó al granito de su “ex Silla” (fig. 12), a demasiada altura como para que nadie la pueda leer bien, pero que son estupendas, a la vez que las veo tristemente premonitorias de nuestros tiempos:

"Una cosa deseo ver acabada de tratar, y es lo que toca a la conservación de los montes y aumento de ellos, que es mucho menester y creo que andan muy al cabo*. Temo que los que viniesen después de nosotros han de tener mucha queja de que se los dejemos consumidos y plegue a Dios que no lo veamos en nuestros días" (Felipe II, en 1582)

*Muy agotados. En efecto, para la construcción del propio monasterio se habían hecho muchas talas. Pero el rey es consciente del delito que cometería contra las generaciones futuras dejando los montes pelados, y ordena su reforestación inmediata. Una conciencia ecológica bien ajena a buena parte de nuestros actuales políticos...

© Alicia M. Canto 1999-2005
Universidad Autónoma de Madrid

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